Corría aquel verano del 2001 y el Discman que cargaba en mi mochila tocaba el Stories from the City/ Stories from the Sea de PJ Harvey. Cómo me gustaba ese disco, sacudiendo la cabeza mientras caminaba por las calles.
A pesar de ser un disco mucho más “bonito” que los anteriores; el Stories todavía conserva ese algo grasoso, irritante y angustiante de la música de PJ; pero ya marcaba una tendencia hacia lo que sería en general la música por venir.
Estas características oscuras y llenas de tensión las he visto tristemente desaparecer de la música de sello independiente o pseudo independiente en los últimos años. Parece que regresamos inexorablemente al new age, sería algo así como el new new age.
Ahora todo tiene que ser ambientes minimalistas y paisajes sonoros tono casi pastel; embarrados con algo de folk y de música alternativa de la década pasada. ¿Será este el resultado del invierno post electrónico? Tal vez estoy hablando como un viejo, pero a la música de hoy se le esta limando el edge. No en todos los casos, evidentemente, pero parece que el oyente de hoy es mucho más delicado, estéril y funcional.
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