Ofrezco este fragmento de SouthPark como parábola para explicar el triste caso de Wikileaks.
Pocos se indignan por la cantidad de mierda que le tenemos que aguantar a nuestros dirigentes y al gobierno estadounidense. Ah, pero el escándalo aquí es que unos malvados acusones han puesto de cabeza las relaciones diplomáticas. MUY BIEN, concentrémonos en eso; pronto Assange estará sentado a la mesa con los comunistas y terroristas comiendo bebes recién nacidos.
Hace algunos meses vitoreaba las primeras victorias de Wikileaks, y ahora que el bólido ha estallado; más que nunca debemos estar dispuestos a evitar a toda costa que el internet se vuelva un medio cerrado, regulado por los gobiernos. Muchos estarán ansiosos de utilizar a Wikileaks como excusa para hacerlo.
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