Después de un mes en mi prisión de arena, o como le digo de cariño: el mundo de cabeza, Arabia Saudita; cada vez más se transmuta en la versión maldita de mi fantasía, pero sin una gota de alcohol, sin una gota de cine o de guitarra, solo mi certera dosis de nada que tanto anhelaba. Hoy pasé la tarde escuchando un loop de música de Mahler en youtube, viendo un maratón de Tom y Jerry de los ’50 en mudo. ¿Será esto una señal, estaré cruzando al otro lado?
Me levanto temprano todos los días para ir a tratar de convencer de idioteces a idiotas, a veces con tantas ganas que empiezo a creer que eso es la realidad, pero luego paso las noches nostálgico escuchando a los Caifanes, tratando de recordar detalles de cuando tenía 15 años y me pregunto si alguna vez ha habido un yo más real que ese, tan absurdo, tan incompleto, sin miedo a la muerte, sin miedo al infinito.
¿Qué pasará al final de esta sima en donde se amontona el aburrimiento, el síndrome de abstinencia, el aislamiento cultural y los idiotas? En el hotel hay larguísimos pasillos tapizados de alfombras con patrones rómbicos y semejanzas rococo, ¿qué tanto me falta para recorrerlos con un hacha gritando “here comes jonny”? Afortunadamente traigo conmigo las obras completas de Dostoievsky y se restablece mi salud mental., aunque aún lucho con el deseo ridículo incontrolable de salir a comprar una guitarra aunque sea para los cinco días que me quedan aquí
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3 comentarios:
Hold on mate !
lo haré! apechugandoaguantandovara
come back! i´ll be architecture for you.....
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