viernes, 25 de mayo de 2012

Sobre Protestas Públicas y Voto Útil - Parte 2




 La protesta pública / marcha en si fue poco impresionante, hasta algo aburrida - se sentía a algo así como llevar serenata con mariachi – lo que cuenta es el detalle, no la música. Se entonaban porras deportivas sin cesar solo intercambiando los términos necesarios para la ocasión, combinado con el ocasional júbilo y la adrenalina de “pertenecer”. Rodeado de frases romantiquísimas y sentir que estas haciendo algo relevante, algo que te enaltece. Todos queremos “ser parte”, todos queremos participare en “algo más grande que nosotros”; bien, pero no olvidemos que también tiene que significar algo, como fenómeno, en nuestras vidas.

El fenómeno que todos perseguimos (supongo) es que los seres vivos tengamos la oportunidad de perseguir la felicidad y tratar de encontrar propósito y sentido a nuestras vidas. OK. Me fui muy lejos, tal vez, pero no es posible perder esto de vista. ¿Qué, de las cosas que hacemos, realmente nos llevan un paso más cerca de nuestro objetivo, o remueven las barreras que nos hemos impuesto?

Esa es la segunda razón por la cual generalmente no atiendo a manifestaciones públicas, pienso que el avance es tan marginal que no vale la pena, los movimientos sociales generalmente sucumben ante nuestra forma natural de organizarnos; no pasa nada; nada nunca cambia. ¿O si? Parece que en términos cuantitativos si, pero cualitativos no.

Irle a gritar a Televisa sus verdades a su casa supone generar una voz diferente que contradice el dogma televisivo, y aprovechando el momento de atención electoral, supone una voz grande. Parece esto suficientemente loable y digno de intentar. 

@sergioem (foto)


La otra parte del discurso de protesta se reduce a si se cree en el voto útil o no. Utilizar el voto para elegir una parte de la oligarquía partidista, tan solo para evitar que su secta más diabólica gane mayor influencia. ¿Vale la pena validar un sistema que tanto nos perjudica para evitar su peor cara? Por lo pronto me inclino por apagar este fuego inmediato, solo para no quemarme.

jueves, 24 de mayo de 2012

Sobre Protestas Públicas y el Voto Útil - Parte.1


El sistema de gobierno en México es tan difícil e inaccesible, que solo con mucha imaginación se le puede definir bajo términos como “política” o “democracia”.  México es dirigido por una oligarquía de partidos convenenciera, sirviendo su propio interés, y que se esparce metastática, enfermando a todos los sectores de la sociedad.

Esta oligarquía solo obedece a un amo, a una hidra de mil cabezas, mutante y que nadie entiende. Tal vez le quieras llamar: “corporaciones sin escrúpulos”, “sistema global financiero”, “máquina de guerra norteamericana”, “jefes del narcotráfico”, “el chupacabras”, “los masones”, “lords del petróleo”, o  “los menonitas”. Yo le llamo el dios dinero, por decir algo.

El miércoles pasado participé en una manifestación pública de protesta. Generalmente me abstengo de este tipo de eventos, primero por que las más de las veces surgen fruto de la mentada oligarquía, tratando de cuidar sus intereses o empujando alguna lucha intestina; mi segunda razón la discuto más tarde.




Bueno, este movimiento de protesta se antojaba muy diferente, un movimiento con credibilidad. Es decir, es fácil constatar que surgió por volición propia de la sociedad civil; un grupo de estudiantes encendió el movimiento obedeciendo impulsos propios. Claro, estos impulsos propios no son libres de crítica, yo les dedicaría el siguiente cartel:  





 Más allá de la burla, estos impulsos no dejan de ser legítimos y genuinos.


Otro aspecto que hace especial este movimiento, y que he evitado mencionar hasta ahora es el “¿Qué?”.

 Un movimiento que se manifiesta en contra de los medios de información.

¡Bravo!

Denuncia la descarada manipulación de la información, los contenidos de bajísima calidad y el comercio de su tendencia. Sobre todo de la televisora nacional, seguida con fervor religioso por la basta mayoría de la población, adoctrinándose en sus preceptos de consumo, banalismo e intolerancia.

El siguiente paso es preguntarme ¿La televisión vuelve a la gente idiota? O ¿La gente es idiota y simplemente la televisión les da lo que quieren? Pregunta obtusa, como la del huevo y la gallina, esto ha sido una evolución basada en la retroalimentación; el motor es el egoísmo y la meta la explotación.