La genialidad de Los Detectives Salvajes se goza y se va
descubriendo poco a poco, mientras Bolaño construye con paciencia, sensibilidad,
creatividad y buen humor.
Por momentos mientras leía, no podía si no pensar en
Cortazar, tal vez este libro era la respuesta chilena a Rayuela, los paralelos
- para el que se dedique a listarlos - sobran, para mí la mayor semejanza es
que Bolaño también busca la complicidad del lector, le da un papel activo, tal
como intentaría Cortazar con Rayuela. Sin embargo más allá de esto, acabé
convencido de la voz única de Bolaño, una novela necesaria y perfecta de la
literatura latinoamericana. Arguyo que Cortazar es un escritor más natural, un
artista; Bolaño es un arquitecto… salvaje.
La historia comienza con las entradas en el diario de un muy
joven aspirante a poeta y los relatos de su encuentro con un abigarrado grupo
de jóvenes poetas mexicanos avant garde, que se identifican bajo el mote de los
“real viceralistas”. A través de estos textos confesionales se introducen cada
uno de los integrantes del grupo de poetas y el ritmo de la historia, por
supuesto a Lima y a Belano, mexicano y chileno, los fundadores y líderes del
“real viceralismo”.
Durante la siguiente parte del libro el lector va recogiendo
testimonios de cantidad de personajes por un lapso de 20 años, sin ningún orden
cronológico claro. Se vuelve el lector un detective inexorable, que por medio
de estos testamentos va construyendo el rompecabezas de las vidas de Lima y
Belano a través de los años. Siempre de manera indirecta, a veces tan solo una
sugerencia, una sospecha.
Cada uno de los testimonios es una pequeña (o no tan
pequeña) historia en si mismo, lo más impresionante aquí del trabajo de Bolaño
es su altísima habilidad mimética, camaleónica. Rara vez cuestioné la veracidad
de alguno de los narradores, ya fuera una anciana, una joven, un gordo, un
homosexual, un feo, un poeta, un abogado, un español, un mexicano, un chileno,
o un largo etcétera, cada uno tenía una personalidad convincente y un contexto cultural
creíble.
La genialidad de los Detectives Salvajes no queda en la
proeza técnica o en los formalismos literarios, triunfa también como un texto
que explora ideas elementales de nuestra humanidad. La historia
semi-autobiográfica (Belano-Bolaño), sigue a estas dos personas, que deciden
vivir la vida desnudos, libres y con sensibilidad artística; la vida les
responde con la brutalidad con la que suele hacerlo. Del final no puedo decir
nada, solo que ese pequeño tercer capítulo lo es todo para el libro, sería muy
poco sin él.