lunes, 7 de junio de 2010

Negacionismo

Neologismo al español por la teoría conocida como “denialism”. Esta propone un estado de negación colectiva de eventos que impactan de manera importante a las sociedades.

Una teoría demasiado sensible, en un argumento cada lado puede acusar al otro de negacionismo e incluso de encontrarse en estado de negación en cuanto a su evidente negacionismo. Alas, no es fácil descartar, durante épocas documentadas de la historia se ha corroborado esta teoría. Importantes partes de la sociedad se rehusaban a creer en el holocausto judío o en la utilidad de las vacunas.

Parece que hoy día es más fácil caer en la garras del negacionismo. Así como ha aumentado exponencialmente la cantidad de información, así mismo ha aumentado la desinformación. Cada vez es más difícil encontrar información objetiva cuando las mentiras tienen tanta fuerza como las verdades. La tergiversación y total abuso de la estadística y saltos a conclusiones irrelevantes por parte de la prensa empeoran las cosas dramáticamente.

Ahora nos costará más trabajo unirnos para enfrentar las amenazas a nuestra especie (e.g., la destrucción sistemática del planeta). Es más fácil creer en el enemigo oculto, la sucia hidra corporativa planeando nuestra esclavitud. Claro que es lo que quisieran, pero hay que ver que su mejor arma es la confusión.

Hace poco escuché una teoría que decía que el derrame en el golfo se había exagerado para avanzar la agenda de las nucleoeléctricas o una estupidez semejante. Ya, photoshopearon las fotos del satélite verdad.

Hay varias razones por las que el negacionismo ocurre. La más fácil de ver, que ocurre individualmente, es que la verdad es tan insoportable que el cerebro la rechaza automáticamente sin ser capaz de analizar ninguna evidencia. Dos. La simpatía con el “underdog”, normalmente presupone a unas minorías “iluminadas” contra la masa manipulada por el enemigo oculto. Tres. Incapacidad de entender la información. Las respuestas usualmente más objetivas son obtenidas científicamente (o más difícil, filosóficamente) y los medios de información y el público son incapaces de comprender el proceso por el cual se llegó a dichos resultados. Última. La resistencia al cambio y la incapacidad de aceptar que se ha obrado mal por previa ignorancia.

Creo que la conclusión no es si el negacionismo es un argumento válido o no. Solo un ejercicio de reflexión y de autoindagación sobre nuestras motivaciones para creer o no algo de trascendencia para el humano.

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