martes, 12 de octubre de 2010

"Voyage au Bout de la Nuit"

Esta novela de Louis Ferdinand Celine me incitó a tratar nuevamente de escribir una breve reseña literaria.

Para empezar Celine era un nazi y un antisemita, curiosamente también era un pacifista; si esto le quita merito a su brillantez como pensador o a su proeza como escritor, recae en el lector. Ya cada quien podrá hacer las deducciones pertinentes.

El Viaje al fin de la Noche es un libro pesimista hasta el cansancio. Vas agotado entre página y página deseando abandonar de una buena vez ese mundo sórdido y asqueroso. Lo único que te lo impide es que uno de cada treinta de sus párrafos es un texto demoledor, de esos que te hacen sentir que no queda más por escribir en el universo. Sin orgullo pero también sin conmiseración, cobarde, juega con las esencias de la existencia.

En ocasiones, después de alguna sesión de su lectura, me temía una contaminación mental. Comenzaba a percibir todo el mundo absurdo, a todas las personas salvajes, muertos deambulatorios. Pero hacia el final de la novela, aún cuando esta no cambiaba de tono, yo comencé a sentirme rejuvenecido y positivo. Abandonar al sentido común y a la higiene mental tiene ese efecto en la cabeza, a eso te orilla Celine.

El Viaje al Fin de la Noche es como un primo hermano del Ulysses de Joyce, un primo simplón y que no es artista, pero igual de profundo y estrafalario.

Nota aparte, lo divertido que son los coloquialismos de principios de siglo XX.

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