La industria del cine ha reaccionado de al menos dos maneras a la autodistribución gratuita de sus productos por internet. Una, a través de su garrote la MPAA, persiguiendo al consumidor y tratando de forzarlo a actuar como ellos quieren.
La otra parte ha entendido la dinámica del nuevo orden y se ha ganado al público que abarrota las salas de cine como nunca antes. ¿Cómo es posible esto, cuando todas las películas posibles están a unos minutos y un par de clics?
Altos estándares. El filesharing ha subido los estándares del cine. Ayer vi Avatar y la experiencia visual esta de veras muy recia. La película es fantástica, a pesar del natural rip off a Pocahontas y de los interminables clichés, junta muy bien varias ideas prestadas de clásicos de la ciencia ficción. Arriesgar y ganar, es lo que se tiene que hacer. Así como el año pasado lo hizo batman, antes los simpsons y 300.
Desde luego, los estándares que suben son los del pópulo. El cine como forma de arte, no como forma pura de entretenimiento, seguirá luchando a los márgenes como siempre. A ese sí, su reducido público debe cuidarlo.
Una acotación especial a James Cameron, ese cabrón sabe lo que la gente quiere. Ese es su superpoder.
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