domingo, 17 de enero de 2010

Nada que Hacer



El citadino que viaja a provincia, por familia o trabajo, siempre se queja amargamente y no sin cierto orgullo de la falta de algo. Es que aquí no hay nada, o aquí no hay nada que hacer. Pinche pueblo quieto, bicicletero, piojoso. Risas.

Este no es el caso del que viaja buscando la idea bucólica. Aaaah el aire fresco, el cielo azul y las estrellas.

Regresando al tema. ¿Qué es este nuevo ser que nos hemos creado, discapacitado sin un sanborns, etc…? Pero me interesa más el “hacer”, no hay nada que hacer. Ahora que he vivido un tiempo en provincia, ya deje de sentirlo, estando aquí en la ciudad o allá en el pueblo, siempre siento la misma (dis)capacidad de hacer o no hacer.

Dado. Al pueblo no va a tocar tal orquesta o aquella banda y no esta la exposición del artista conceptual de moda. ¿Vendrá de ahí nuestro orgullo y el no hay nada que hacer? Algo cierto, en la ciudad puedo ejercer con mayor salvajismo el materialismo.

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