miércoles, 26 de diciembre de 2007

Esquiva ese barril.

Parecería muy extraño que alguien se lo tomara tan en serio. Pero así sucede con todo en la vida.
Siempre hay quien se toma algo en específico muy en serio. Pueden suceder varias cosas de ahí en adelante. Arruinas tu vida y no puedes volver a confiar en ti mismo porque has desperdiciado años, amigos, familia y placeres en una obsesión que no te llevó a ningún lado. Pero la obsesión, aunque tenga una connotación mala en la mente de la mayoría de nosotros, no siempre lo es. No se que hubiera pasado con la música de Beethoven si su temperamento no lo hubiese llevado a dedicar cada movimiento de su cuerpo a la expresión musical. O la de Gauguin por encontrar ese mundo soñado al que si pertenecía aún sin conocerlo. Y no quiero enfocarme sólo al arte, seguramente Newton pasó meses enteros sin dormir para poder explicar matemáticamente lo que veía que ocurría en la naturaleza, Einstein para mejorar lo ya hecho, en fin. Casi todo avance que ha tenido la humanidad en la modernidad y un poco antes se debe a las obsesiones.

Esta no va a significar un avance para nadie.
Sólo para el público que disfrutará ampliamente este documental.

The King of Kong



Dos personajes increíblemente obsesos pelean (como cualquier buen video jugador) por romper el record mundial de Donkey Kong. Nos introducen al mundo privado del círculo de Hardcore Gamers que dedican su vida a mejorar sus puntuaciones en juegos Clásicos de Maquinita .

Excelente, simple.

¿No me crees?

Pregúntale a otras miles de personas.

Bájala:

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