viernes, 9 de mayo de 2008

Die Kunst der BestSeller

El Nombre de la Rosa

Por mucho tiempo vi con ojos demasiado cautelosos la obra de Umberto Ecco. Será la normal desconfianza a los bestsellers.
Decidí leer el nombre de la rosa porque fue el regalo de una persona que ve fácilmente a través de mí.

Y resultó ser pura diversión.

Siete días de la locura de una abadía italiana del siglo xiv. Esta novela lo tiene todo: Monjes sodomitas, el hombre que habla la lengua de babel, demonios hechos hombre, güelfos sacándose los ojos con gibelinos, detectives privados, vastísimas alocuciones sobre la legalidad de la risa, otras más acerca de la posible pobreza de jesus, la puta de babilonia y muchos misterios.

Entre tanto trajín, el hilo principal de la historia es llevado por el misterio y la obsesión por los libros; siete monjes mueren incomprensiblemente en el transcurso de los siete días que dura la historia. Es la misión de William de Bakersville y su protegido, el novicio Adso de Melk, desenmarañar este nudo en medio de las conflagraciones entre el Papa Avignones y el Emperador Franco-aleman.

Así, paralelamente a William, yo también me lancé en la carrera por resolver el misterio. Mientras él se servía de la sabiduría de Occam, Bacon y Aquinas, yo me servía de la de Poe, Hitchcock y Conan Doyle.
Decidido a ganarle a William, llevaba un cuaderno con todas las anotaciones y pistas pertinentes, nombres y posibles motivos (Hubiera estado cagado scanearlo; but it was too much of a spoiler).

Llegado el quinto día tenía tres sospechosos y una solución múltiple, lamentablemente justo en ese momento taché de mi lista la respuesta correcta por una inteligente diversión del autor. Solo hasta el mero final me di cuenta que había fracasado en mis predicciones.

Este libro es ampliamente recomendado para salas de espera, viajes en camión y contra cualquier tedio en general.

No hay comentarios.: