Platicaba con mi padre acerca del mundo que su generación le había dejado a la nuestra. Me dice que no cree como muchos de su edad que los viejos tiempos eran mejores, que la tecnología había hecho nuestras vidas mucho más fáciles y cómodas; que la expectativa de vida era mucho mayor ahora que antes.
Parcialmente de acuerdo. Cambiamos mayor cantidad de vida por menor calidad de vida. La tecnología ha hecho la vida increíblemente mejor para muchos menos de los que la ha hecho peor.
Su rostro se ensombreció, comenzó con los traumas priístas propios de la generación que vivió los años dorados de la dictadura. Me dijo, esta demostrado que la caída en los votos priístas en cualquier entidad del país es proporcional al nivel educativo de la población que habita dicha entidad. Es decir, mientras más votos del pri tengan tal entidad, menor es el número de años que sus habitantes estudian. Al sindicato de maestros (priista) y a los policymakers (más de 50% priístas) les interesa que la educación sea peor cada vez y la gente sea más pendeja cada vez. También me dijo que el siguiente imperio duraría poco, el Chino, sus problemas sociales intestinos serán demasiados, que el imperio americano regresaría a recoger los pedazos.
¿Con que ojos vemos al mundo? Yo no podía dejar de hablar de la crisis energética y el regreso de los regímenes totalitarios
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