lunes, 17 de septiembre de 2007

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Lofstiler y Producciones Pacheco se enorgullecen en presentar la primera entrega de su blogonovela…



La luz negra que intentaba alumbrar los a los pasajeros hacía del suéter blanco de Rosa un elemento eléctrico y molesto. Lo mismo pasaba con los dientes del deprimido grupo que se transportaba aquella noche por la ruta Indios Verdes en la unidad 06756, bajo el comando de Juan “Goyo” Gutierrez (uno de sus compañero pensó que Goyo iba más con el apellido de Juan). Se podían ver bocas sin destellos y es que en esta ciudad estos problemas físicos banales son pasados por alto, olvidados y sufridos. ¿Cómo evitar tal espectáculo? Existen esas situaciones en las que el atrayente asco invita.

Rosa se esforzaba, ladeaba la cabeza tratando de olvidar -por medio de la tortícolis y la visión de infinidad de charcos moteando la calle- este glorioso conjunto de caries iluminadas y de majestuosos puentes. –‘¿Porqué me tuve que subir justo en este?’ Obviamente prefería el desgaste psicológico causado por sonrisas vagamente humanas, que tener que levantarse del asiento y obligarse a mover sus varicosas piernas por el pasillo para tomar otro transporte. Veinticinco minutos después apretaba, siempre con gran desconfianza, el que sólo llamaré botón de bajada a falta de conocimiento del argot.

–‘Uno nunca sabe quien o que estuvo tocando ese botón-’.

Caminó las 8 cuadras entre la parada del camión y su casa. Cada paso significaba un dolor punzante en la parte trasera de los muslos. Sin embargo sus pies nunca titubearon cuando era su turno de saltar hacia delante y cubrir su mísera distancia. La uniformidad de las casas, una junto a la otra, creaba un efecto de túnel interminable. Agitaba sus caderas de un lado para el otro con la intención de crear movimiento a su alrededor. Era una visión típica de su colonia, vacua igualdad. Parecía que nadie vivía ahí, siempre había un silencio sepulcral y lo único que se oía era una televisión, por supuesto.

Rebusca las llaves en su bolsa de mano negra, saca un par de artículos antes de poder encontrarlas. Un llavero simple de metal y una argolla de alambre de la cual cuelgan tres llaves. No tenía muchos lugares a los que ir. Ni mucha gente con la que hablar.

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