Lo más trascendente que había logrado hasta hace poco Barak Obama como presidente de los EE.UU. era ser negro.
Hoy ha hecho mucho más al firmar una reforma al podrido sistema de salud del todavía imperio dominante. Una reforma que empujó desde sus inicios a costa de su tasa de aprobación popular y a pesar de campañas de odio encabezadas por ratas humanas como sarah palin.
Puntos a destacar de esta reforma son:
Aumento a los impuestos para cubrir las necesidades de salud de la gente que no este en condiciones de pagar un seguro. Los fondos de inversión son gravables.
Los empleadores con una fuerza de trabajo mayor a 50 personas serán multados si tienen bajo su empleo personas que califiquen al subsidio de salud del gobierno.
Las compañías aseguradoras no podrán negar coberturas a clientes por “condiciones preexistentes”.
Muy bien Obama. No es fácil atacar los intereses de los privilegiados.
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